miércoles, 29 de julio de 2009

Capítulo XX "Te Amo"

Ah!! Aquí lo tienen!!! El final de la 1ra parte!!!!
Si si si!!! Espero pronto escribir más jeje... Espero que les guste y me dejen sus opiniones, reclamos, regaños, etc.. sobre este final... Al escribir recordé muchas cosas de años anteriores, incluos recordé mi primer amor =) [[Ay si!! yo bien experta no?? jaja]] Bueno... fueron tantas cosas que me vinieron a la mente que no hubo más dedicación que a los RECUERDOS... y a toda la gente que RECUERDO...

Se les quiere!!! Una le agarra cariño a la gente que la aguata... Gracias por seguir aquí ;D Regresen pronto jeje

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*TaNyA*

P.D. Espero que recomienden esta historia con sus amigos jaja o un pokito de piblicidad no me caería mal jeje... GRACIAS! De nuevo les digo que espero sus lengüetazos y bueno ya ya... jaja lo dejo leer, disfrútenlo::

Seguía entre los brazos de Bryer. Las lágrimas no paraban de correr por mi piel, y el sentimiento de angustia estaba plasmado en mi pecho; pero… ¿por qué angustia?
Mis padres me llamaron para abordar el avión que nos llevaría de regreso a casa; me separé de Bryer y noté que también tenía los ojos vidriosos.
-Yo también te quiero, Bryer.-le dije al oído. Me despedí dándole un beso en la mejilla y seguí a mis padres.
Como siempre, el cielo estaba un poco nublado, no había sol; así que podía seguir mirando por la ventanilla sin preocuparme por el tenue brillo de mi piel. En esta ocasión Leah iba junto a mí en el avión, mis padres detrás de nosotras; cerré mis ojos intentando dormir hasta que aterrizáramos, pero no logré mucho.
-¿Qué le vas a decir?-preguntó Leah haciéndome abrir los ojos.
-¿Qué le voy a decir a quién?-dije girándome sobre mi asiento para mirarla.
-¿Qué es lo primero que le vas a decir a Jake, al llegar?
-Am, no lo sé… Me gusta a veces ser espontanea y no pensar en lo que haré.-tenía la mirada fija hacia la nada. Sus ojos también mostraron tristeza.- ¿qué sucede Leah?
-Es que… hasta donde yo sé, nunca le haz dicho a Jake que lo amas. Me preguntaba si… se lo dirías hasta que estuvieras segura de que eso sientes.
-Bueno… si, realmente nunca le he dicho “Te Amo”. Y la verdad nunca supe porque no lo hice… más bien si sé… fue por inseguridad. No estaba segura de las reacciones de Jacob y todo eso. Pero… ¿cómo qué segura de lo que siento? Siempre estuve segura de lo que siento por Jake; o ¿acaso él pensaba otra cosa?
-No, él no. Es que… yo… -su voz estaba llena de duda, no podía formular sus palabras.
-¿Qué sucede?-presioné- Sabes que digas lo que digas puedes confiar en mí.
-Yo soy la que dudaba eso. Lo que sucede, es que cuando yo estuve con… Sam. Y todo termino por la dichosa impronta; me prometí que no volvería a decirle “te amo” a alguien a menos que fuera verdad.
-¿O sea que cuando le dijiste a Sam que lo amabas…
-¡No!-dijo sin dejarme terminar la pregunta- Nunca le mentí. Realmente lo amaba, pero después de saber lo que es imprimarse, no estoy segura de querer decir esas palabras.
-A ver… ya no estoy entendiendo, ¿me dices que por qué no le dije eso a Jake si realmente lo sentía, y ahora dices que no son las palabras correctas?
-No. Bueno, sí. Lo que pasa es que, al menos yo, no creo que me pueda imprimar. Así que decidí volver a mi vida anterior, tú sabes: salir con chicos, ser sociable, etc. Y sé que en algún momento alguien me dirá que me ama y no será cierto, terminaré lastimada y sanaré. Yo no quisiera volver a decir esas palabras a menos que sean verdad y no sólo por decirlas. Para no salir lastimada y no lastimar a nadie, de nuevo. Y después de todo, también pienso que eso no es suficiente cuando quieres a alguien.
-Tú realmente crees que encontrarás a tu “media naranja”.-dije secando su lágrima con mi dedo- Lo sabes, Leah. Yo también lo sé. Lo encontrarás y le DEMOSTRARÁS lo que sientes, unas simples palabras no lo pueden hacer.
-Sí, tengo mis esperanzas de que ese “chico” llegué. Tengo mis dudas también, pero estoy decidida a no decir lo que no siento.
-Todo sería más fácil si todos nos imprimáramos. Pero, tu vida no sería tan divertida.-nos echamos a reír. La verdad es que el chiste no había sido gran cosa. Pero las dos éramos de la clase de personas que a veces se reí de cualquier palabra.
Seguimos conversando un largo rato de muchísimas cosas, hasta que dieron aviso de que estábamos en el aeropuerto de Port Angeles. Bajamos, recogimos las maletas y nos dirigimos a casa.
La verdad, esperaba a toda mi familia justo en la entrada del aeropuerto para darnos la bienvenida. Pero, aún así estaba muy feliz por haber llegado. Seguro no faltaba mucho para ver a Jacob de nuevo.
El volvo de mi padre, tenía que esperar al menos hasta mañana para llegar; así que el camino iba a ser algo largo y muy caro en taxi.
Después de media hora, estábamos cruzando los árboles que distinguían esos pequeños pueblos. Mi mente, de un momento a otro se volvió a llenar de ideas. Leah me había hecho realmente pensar… ¿Qué sería lo primero que haría al ver a Jake?
Me recargué en el hombro de mi madre y cerré mis ojos para imaginar lo que se sentiría volver a perderme en esos hermosos ojos negros. ¿Habría algo diferente al verlo después de tanto tiempo?
-Oye Renesmee-dijo Leah, haciéndome salir de mi mente.
-¿Qué sucede?-pregunté con algo de irritación en mi voz. El hilo de mis pensamientos había sido cortado nuevamente por esta chica.
-Ese… Bryer. ¿te gusta?
-¿Qué dices? Claro que no.
-Sólo me aseguraba. Parece que él también tiene interés en ti.-dijo con una sonrisa pícara en su rostro.
-No, ¿cómo crees? Él es mi mejor amigo, y yo soy su mejor amiga. Nada más-puse los ojos en blanco y volví a recargarme en mi madre, pude ver que ella también sonreía de la misma manera.
-Creo que tu mamá también pienso lo mismo…
-Piensen lo que sea, nosotros sabemos lo que somos… bueno, también mi padre.-escuché una pequeña risa del asiento de enfrente y volví a cerrar mis ojos ignorando todos los demás comentarios.
Me quede dormida lo que restaba del camino. Cuando por fin llegamos, me hicieron despertar y bajar del auto.
Aún un poco adormilada, me sentí como nueva, al sentir de nuevo el crujir de las hojas bajo mis tenis. Me talle los ojos intentando quitarme lo pesado de los párpados. Mi padre ya había bajado las maletas, Leah y mi madre, estaban ya en la puerta. Yo apenas podía caminar pero entré a la casa. Estaba del mismo modo que cuando nos fuimos, mis abuelos y tíos estaba sentados en la sala esperándonos, y un lobito color arena estaba descansando justo a un lado del sofá.
-Bienvenidos de vuelta-dijo mi abuelito al vernos entrar.
Sonreí y saludé a cada miembro de mi familia. Abracé al lobo por el cuello y con un susurró le pregunté por Jake.
Tomó una manga de mi suéter en su hocico y me llevo frente al cristal que había en lugar de muro.
-No veo a nadie, lobito. O… ah. ¿Está en sus rondas?-el lobo asintió y fue directo con su hermana.
Me quedé mirando a través de aquel frío cristal. Parecía que de nuevo tenía que esperar a que oscureciera. Subí a la que por mucho tiempo había sido mi recámara y me puse a desempacar
-¿Puedo pasar, linda?-preguntó mi padre del otro lado de la puerta.
-Claro- entró y se sentó en mi cama.- ¿qué sucede?-pregunté mientras me sentaba a su lado.
-Embry y Quil están aquí…
-Ah. Bajaré después, ahorita tengo que terminar esto-mi entusiasmo dejo de ser el mismo al no ver a Jake el primer minuto que de nuevo estuve en casa.
-¿Segura? Eso sería descortés.
-Si, lo sé. Pero es que…
-No creo que a Jacob le guste que lo hagas esperar tampoco-me interrumpió. Salí corriendo de la habitación y bajé las escaleras buscando a Jake con la mirada. No lo encontré en ese pasillo, fui a la cocina y tampoco estaba ahí.
Salí al jardín corriendo
-¡Jake!-dije cuando lo vi parado a unos metros de mí.
Fui hacia él y lo abracé; me hundí en el calor de su pecho, con las lágrimas de felicidad casi corriendo y mojando mi rostro.
-Nessie, que bueno que ya estás aquí-dijo besando mi cabello y respondiendo mi abrazo. Después de un momento nos separamos y pude ver sus ojos de nuevo, la alegría emanaba de ellos. Me sonrió, esa cálida sonrisa que lo caracterizaba.-te extrañe demasiado.
-Yo también, Jake.-tomé su rostro entre mis manos y él se inclinó. Nuestras bocas volvieron a encontrarse y una vez más, después de tanto tiempo lejos, sentí su cálido aliento sobre mí. Mientras me perdía entre los movimientos de sus labios, lancé mis brazos a su cuello y él enrolló los suyos alrededor de mi cintura.
La necesidad de respirar nos hizo apartarnos. Volví a reflejarme en el oscuro brillo de sus ojos, y por primera vez me sentí completamente segura de lo que sentía, y de lo que debía decir…
-Te amo, Jake.
lunes, 27 de julio de 2009

Capítulo XIX “Despedida”

Mis padres me miraron con los ojos llenos de dulzura y alivio, y yo también estaba llena al saber que regresaría pronto a casa, con mi familia.
-Bueno, y ¿cuándo se nos hace el otro milagro?-preguntó Leah sentándose junto a mí.
-¿Qué otro milagro?-dije volviéndome hacia ella
-Sí, ¿cuándo le hablarás a Jake?
-Bueno, intenté llamarlo hace un rato y no estaba. Lo llamaré en la noche…
-Bien, entonces… ¿cuándo te quieres ir?-preguntó mi papá con mucha ansiedad. Una ansiedad que nunca había visto en él.
-Bueno… como dije, primero quiero avisarles a todos. Tal vez… el miércoles.-me había encariñado muchísimo con esta ciudad y despedirme, al menos me llevaría unos días.
-Está bien, linda. Esperaremos a que llames a Jake.-dijo mi madre levantándose del sofá-saldremos a hacer algunas compras.
Asentí y mis padres ya habían desaparecido. Leah también decidió dar un último paseo; así que nuevamente me había quedado sola.
La ansiedad me comía, no quería esperar hasta el anochecer para escuchar la voz de Jake. Pero, si volvía a llamar una y otra vez insistiendo por él; quizá Billy se preocuparía o se desesperaría tanto que no quisiera volver a escuchar de mí. ¡Ah! El drama ahora invadía mis ideas. Para no sentirme más presionada llamé a Bryer para saber si podía hacerle una visita y darle la noticia.
Salí de la casa y caminé una calle. Ruthie, ya me esperaba en la puerta
-Hola, Carlie.-me saludó con un beso en la mejilla- Mi hermano dijo que vendrías, él salió a la tienda un momento, ahorita regresa.
-Gracias, Ruthie.-intenté sonreír, pero la idea de dejar a mis amigos tan lejos de mí me hacía estremecer.
-¿Qué sucede?-preguntó invitándome a pasar. Nos sentamos alrededor del comedor y puse mi cara entré mis manos. Tomando aire para no llorar.
Ruthie esperó a que me calmara un poco, sin preguntarme nada más.
-Nos vamos de Canadá-dije con un hilo de voz.
-¡¿Qué?!
-Sí,-la miré y sus ojos estaba llenos de frustración. No sabía si era por mí y por nuestra amistad, o por el lazo de nuestras familias, o simplemente por mi padre. Ruthie, en el tiempo que llevábamos aquí, realmente se había “encariñado” con mi papá.
-Pero, ¿por qué? ¿Cómo?
-Es que… Bueno, yo lo decidí. Hasta ahora me decidí a regresar con mi familia; a regresar a la vida que tenía. Sin olvidar la que tuve aquí, claro. Pero decidí regresar por lo que siento, por quien me necesita.
-Vamos, eres una niña. ¿Quién podría necesitarte?
-Jacob-dijo Bryer detrás de mí. No me había dado cuenta que ya estaba dentro de la casa.- Carlie, dime que no decidiste regresar por él.
-¿Qué con ese chico?-le preguntó Ruthie a su hermano.
-Él es… ¿cómo decirlo?... Hmmm. Es el chico que Renesmee…-sí, ahora ya no era Carlie para él. Renesmee había salido de sus labios junto con el coraje en su voz.- quiere. Él es quien hizo que ella estuviera aquí. Fue quien la hizo sentir lo peor del mundo
-Sí,-lo interrumpí-Bryer. Pero, tú sabes lo que fue y es para mí. Sabes que es algo fuera de la naturaleza, así que por favor no me regañes ni nada. Además, fui yo la que se hizo sufrir sola.
-Claro, por eso fue todo lo de lo olvidaré, no quiero hablarle. Vamos, Renesmee. Sabes que esto no es justo para ti.
-Venía a preguntar si ustedes querían ir a despedirme el miércoles. Al menos, quisiera que me acompañen hasta que me vaya de aquí.-me levanté de la mesa, con los ojos vidriosos. Y salí de ahí. Fui directo a la misma calle donde había conocido a mi mejor amigo. Me senté en la misma acera donde había tropezado y me solté a llorar.
Pronto me iría, volvería a mi vida; pero dejaría otra aquí. Mis amigos; cada risa que tuvimos en la escuela, en reuniones. Como fui conociéndolos, y como fueron sucediendo cosas increíbles; como lo rápido que te encariñas con una persona sin si quiera saber su apellido. Los maestros, incluso, habían sido muy buenos conmigo. Extrañaría todo esto. Hasta la nieve imprevista, que impedía que me pusiera una falda sin botas.
Perdía muchas cosas, pero sé que ganaría muchas más. Tan sólo el volver a ver esos hermosos ojos negros era un gran premio para mí. Mi mejor amigo se había molestado por que volvería a la persona que me “había hecho daño”.
El llanto seguía sobre mi rostro, pero tomé un bocado de aire y me decidí a regresar a casa. La noche iba cayendo, así que las lágrimas cesaron al recordar que escucharía la voz con la que tanto soñaba.
Entré, y Leah estaba en el teléfono.
-Ah, mira. Ya está aquí… Que te diga ella.-dijo en un murmullo y se volvió a mí-Renesmee; te ahorre el tiempo de marcar.
Tomé la bocina.
-¿Hola?
-¡Nessie! ¿Qué sucede? Dijo Billy que llamaste. Pensé que ya no querías saber de mí. Leah dijo que tenías una noticia.-apenas podía respirar, pero controlé mi voz.
-Jake, sí. Bueno… yo. Te llamé en la mañana, porque quería que fueras el primero en saber. Claro, tuve que decirle a mis padres y todo. También mis amigos se enteraron, bueno no todos. Pero…
-Sí-interrumpió- pero, ve al punto. Claro que adoro escuchar tu voz. Pero me pones nervioso.
El color se subió a mi rostro. Después de mucho tiempo, de nuevo esa sensación.
-Bueno, el miércoles regresamos a Washington.
-¿En serio? O sea, que al fin te podre ver. Ya me perdonaste…
-Jacob. ¿Cómo no perdonarte? Eres el ser más especial para mí.
-Tú también… Te amo, Ness.-aún no podía decírselo. Después de todo este alboroto, estaba decidida a decir lo que sentía; por primera vez, cabe aclarar; y quería que fuera de frente.
-Me tengo que ir. Espero verte pronto.
No escuché nada más, terminé la llamada. Seguro el pensó que “te amo” me asustó; pero realmente quería decírselo después. Eso podía esperar un poco; bueno, podía esperar a tenerlo conmigo.
Llamé a Derek y le di la noticia. Él también sonó triste, había sido un gran amigo mío. Los días pasaron rápido… El miércoles llegó cuando menos lo esperaba. Había sido muy impredecible el cambio del tiempo, me sentía feliz por eso. Más pronto vería a Jake; pero también la tristeza me invadió. Mi mejor amigo ni siquiera había llamado para saber porque no había ido a la escuela los últimos dos días; ya sabía la respuesta, pero creo que el motivo de mi regreso lo molestó mucho.
Las maletas estaban listas, y el avión salía de la ciudad a las 4pm. Así que me dio tiempo de arreglar las últimas cosas.
Cuando salimos de la casa, no pude evitar sentir nostalgia y derramar una pequeña lágrima. Extrañaría hasta la pequeña casa que teníamos aquí.
Llegamos al aeropuerto, dos horas antes. Yo no había comido nada, así que mi mamá me compró algo. Nos sentamos a esperar y yo a comer. No tenía mucha hambre, la emoción, los nervios y la tristeza estaban juntos en mi garganta. Como pude me terminé el sándwich; más bien, Derek lo hizo por mí. Él estuvo todo el tiempo con nosotros esperando y cuando llegó la hora de partir me dio un abrazo de despedida. Las lágrimas llegaron a mis ojos, pero no pudieron correr por mis mejillas; ahora me prometía que sería más fuerte y no dejaría que mi rostro se humedeciera por todo lo que me ocurría.
Cerré mis ojos mientras estaba entre sus brazos y respondí su abrazo con la misma fuerza…
-¿No me vas a abrazar a mí?
Al escuchar esa voz, las lágrimas se desvanecieron y pude abrir los ojos, sin peligro de llorar.
-¡Bryer! ¡Ruthie!
-Hola, Renesmee-dijo Amelie detrás de mí.
Solté a Derek y corrí a darle un abrazo a Ruthie. Amelie se despidió de mis padres y de mí… Abracé a Bryer por última vez…
-¿Por qué siempre llegas de sorpresa?-susurré en su oído.
-Porque así soy… -dijo sin separase de mi abrazó-Espero te vaya muy bien, regresa pronto…
-Claro que sí. Volveré cuando pueda.
-Te esperaremos todos…-ahora sí, el llanto y los sollozos regresaron al escuchar sus últimas palabras- Te quiero, Carlie.

Hi!!!
Jejeje... bueno... MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR PENDIENTES!!! Jeje, como ven ya el final está con una letra en el blog XP Ya está cosidito y listo para subirse, pero los haré sufrir juajuajua no se crean. Sigue en edición. Y bueno, todo gracias a ustedes... También a quienes han hecho que esta historia se escribiera... Mis editoras por ejemplo jeje Mane, Lupe y Jessica!!! Ustedes me ha apoyado editando mis capítulos jaja bueno, dandome ideas y todo... También gracias a Jess, la segunda parte ya está en mi mente!!! Después de 3 horas en el teléfono, pudimos lidiar con el gran dilema... El próximo viernes, espero, les traeré una probadita de la segunda parte en dos formas:: FanFiction y SongFiction, para ver que escrito les gusta más... espero que el final esté aquí pasando mañana =D [[Yo y mis esperanzas XD]]


Muchas Gracias de nuevo y la verdad si espero sus comentarios, para ver que les gusto o que le falta... Este capítulo me hizo llorar un poco al escribirlo porque recordé muchas cosas... Así que bueno, va dedicado a los chicos que aparecen en esta historia y a mis editoras maravillosas =D Este capítulo también entra en votación!! Si quieren votar por el dejenme su lengüetazo!!
Los esperó de regreso pronto...

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*TaNyA*
El regalo de mi mejor amigo me recordó el segundo día que estuve en Canadá…
Mis padres y yo conociendo la ciudad, encontramos un centro comercial enorme, y entré a una tienda de peluches. Estuve en el lugar un buen rato buscando algo que me gustara.
Entre todos los aparadores y estantes di un paso atrás para ver mejor y encontrar el camino de vuelta a la entrada, mi espalada chocó con uno de los grandes estantes y cuando miré atrás para ver si todo estaba bien… vi el peluche más hermoso de todos… Un pequeño lobo rojizo, con unos lindos ojos negros.
Ese fue su regalo, el lindo peluche que encontré ese día, sólo que tenía algo más
-¿Te gusta?-preguntó Bryer con un sonrisa amplia en su rostro.
-Si, muchas gracias… Vaya que lo guardaste bastante tiempo
-Jeje-soltó un pequeña risa tímida-bueno, si. Es que sabía que si no te lo daba en tu cumpleaños no lo aceptarías de otra forma… por eso espere.
-Gracias… pero, esta medallita no la tenía ¿o sí?
-Ah, bueno no. Eso lo compré aparte, es que la vi en una plaza y me acordé de ti…
Una pequeña medalla de oro, colgaba del cuello del peluche. La hoja de maple, aquella que estaba en medio de la bandera de Canadá, era la “medallita” que me compró mi amigo.
-Debió costarte mucho…
-No, en realidad-interrumpió- Mi madre me ayudo a pagarla y bueno… se supone que no se debe saber del precio del regalo, así que… Ya no me hagas más preguntas, Carlie.
Sonreí, el humor de mi mejor amigo siempre había sido eficaz conmigo.
Todo el día estuve con mi familia, con mis amigos… Ahora todo parecía ser perfecto. Nada podía fal… bueno, la verdad sí, ALGO ME FALTABA. Pero intentaba evitar pensar en eso, disfrutaba cada segundo con mis abuelos y tíos. Sabía que no se quedarían en Canadá y tenía que estar con ellos el mayor tiempo posible.
Leah, a pesar de siempre estar en contra de lo que era mi familia, parecía muy cómoda. Ruthie, seguía comportándose tímida y entusiasta al mismo tiempo, con mi padre. Una forma de actuar que yo no usaría en mi sano juicio, pero en presencia de la hermosa vampira que tenía por madre, creo que Ruthie estaba desesperada por llamar la atención.
Nuestra reunión terminó tarde, mis tíos y mis abuelos partirían en el avión de mañana a medio día. Estaba exhausta, y por más que quisiera pasar la noche con mi familia, tenía que dormir. Así que, tomé los regalos entre mis brazos y subí a mi recamara; me cambié la ropa y abrazando el pequeño lobo, me metí en la cama.
Ni un solo sueño, sólo yo entre mis ideas. No estaba en ningún lado, mi cama en medio de la nada y mis recuerdos volando al rededor… eso no era un sueño, sólo una película de cada cosa que había pasado en mi vida, desde el día en que nací. Cada suspiro que di, lo volvía a sentir. Incluso los olores del bosque.
A la mañana siguiente, desperté muy tarde… La 1pm… ¡Oh No Puede Ser Cierto! No pude despedir a mi familia. Me levanté de la cama y fui directo a la cocina para ver si mis padres estaban en casa y me decían algo de mis tíos y mis abuelos. Pero, no había nadie. Ni siquiera Leah. Decidí darme un baño y esperar a que regresaran.
Mi padre lejos y mi mente ahora era sólo mía, así que mientras el agua caliente rosaba mi cuerpo me decidí a decidir. Sí, hoy tenía que decidir si regresar a MI casa o no, tenía que decidir no ser egoísta o morir pensando en mí. Cada recuerdo que tenía con Jake, pasaba en mi mente una y otra vez.
Debía regresar, no por mí. Por él. Yo también tenía ganas de estar de nuevo con él, tenía ganas de volver a sentir su calor, ganas de ver esa hermosa sonrisa… Tenía que volver a casa.
Salí del agua y me envolví en una toalla, sequé mi cabello y me vestí con una playera y unos viejos pants, que había rescatado de las manos de mi tía Alice, era un día para vestirme sin glamour y pensar. Pensar en como le diría a mis padres que quería volver a Forks, pensar en como le diría a Leah, que ella había ganado. Como me despediría de mis mejores amigos y como le daría la noticia a Jacob. No quería que fuera una sorpresa, yo misma a veces odiaba las sorpresas.
Escuché a mis padres llegar y con la mente, como ya se me había hecho costumbre, llamé a mi padre…
-¿Qué sucede, linda?-dijo mi madre al entrar a mi habitación
-Bueno, yo… ¿dónde se metió Leah?- necesitaba un respiro más, y la manera perfecta de hacer tiempo para decir las cosas, en este momento, era preguntando por Leah.
-Aún está en el bosque-contestó mi padre con una voz fría y su rostro inexpresivo- dijo que quería un minuto lobuno.
-En ese caso, esperaré a que llegué, creo que esta noticia también le importa.
Mi padre, ya estaba enterado de mi decisión, claro ese don le servía de mucho. Mi madre salió de mi habitación y mi padre se quedó conmigo
-Renesmee, yo…
-Lo siento, papá-dije sin dejar que terminará la frase- siento haber… Papá, perdóname por dejar de confiar en ti, yo sé que lo hiciste por mi bien, y todo eso. Lamento si en algún momento te hice sentir mal, yo sé que no debía, tal vez fue porque mi mente se dejo llevar por los sentimientos y no pensé en que tú lo hicieras por mí y mi seguridad, además de que Jacob también tuvo la culpa de todo lo que pasó…
-Hija-dijo por fin- yo soy el que tiene que disculparse. Debí dejar que tú tomaras la decisión. Las personas más importantes para mí son tu madre y tú. También hice mal en convencer a Jacob de tomar la decisión.
Lo miré confundida ¿él había convencido a Jake? O sea que… ¡Ay! ¡Renesmee! Lo que tienes de bonita lo tienes de tonta… ¿Cómo no escuchaste a Jake? …Me regañe a mi misma una y otra y otra vez… Debiste oír lo que él tenía para decirte. Tonta, niña tarada.
-O sea que… Jake. Ay-suspiré y cerré mis ojos.
-Si, pequeña. Lo siento muchísimo. Y bueno, sé que Jake se pondrá muy feliz al saber… la noticia.
Abrí mis ojos y mi padre se había ido. En frente de mí, justo en medio de la cama, estaba mi celular… Lo tomé con ambas manos, busqué el número de la casa de Jake y marqué…
-¿Hola?-contestó Billy del otro lado de la línea
-Hola, Billy. ¿Está Jake?-pregunté con una voz muy tenue, estaba nerviosa. No sabía porque… bueno, volvería a hablar con aquel chico que me volví loca con sólo mirarme, y creo que eso me ponía muy nerviosa.
-Ah. Nessie, lo siento. No está, salió a hacer sus rondas.
-Bueno, gracias.
Los nervios desaparecieron de mi cuerpo, y una oleada de tristeza atravesó mi cuerpo. Terminé la llamada y bajé las escaleras, para esta hora, Leah ya debía estar en casa.
-Renesmee… ¿qué pasa?-preguntó por detrás haciéndome dar un salto.- lo siento, pensé que ya me habías oído.
-No importa, ¿podrían sentarse? tengo algo que decirles.
En menos de un minuto todos estábamos en la sala, sentados. Leah no parecía ansiosa, más bien tenía una gran sonrisa de satisfacción en su rostro; mi padre, como una perfecta figura de marfil y mi madre… ella si parecía ansiosa, a pesar de que me conocía lo suficiente para saber que pensaba, siempre se mostraba así conmigo.
-Ahora si linda, ya dinos que sucede, me tienes con el alma en un hilo…
-Relájate, Bella-dijo Leah si apartar la mirada de mí.
-Quiero decirles que…-suspiré- quiero regresar a casa. Quiero volver a la vida que tenía antes de estar aquí, claro que también me gustaría seguir en contacto con mis amigos.
-¡Al Fin! ¡Aleluya Renesmee!- festejó Leah sarcásticamente-tanto tiempo aquí, ya era justo.
-Sí,-sonreí- pero antes de que hagan planes de vuelo y todo eso, me gustaría avisarles a todos, y en especial a Jake…

Sii!! Después de hacerlos sufrir la espera jaja... bueno, en realidad sufrí más yo al no tener inspiración jeje... bueno, aquí ya leyeron el otro capítulo. Y como supongo se darán cuenta, ya sólo quedan 2 capítulos de la primera parte... la verdad ya tengo planeado el final y creo que hay por ahí una o dos personitas que también lo saben XD pero bueno, aún así espero que sigan pendientes y la verdad ahora espero más que nunca sus lengüetazos!!! Vamos, no les cuestan =D jeje bueno, si no quieren no... nadie los obliga...
En fin, una vez más gracias por leerme y seguirme aguantando...
Este capítulo, dedicado para... mmm... jeje creo que para aquel chico que es mi mejor amigo, mi hermano no oficial... jeje de nuevo para Javo, eskwincle sabes que te quiero un monton!!
Bueno, sigan votando para saber que les gusta si??

Hasta el próximo cap...

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*TaNyA*
miércoles, 15 de julio de 2009

Capítulo XVII “Tiempo”

La opinión de Leah me hizo hervir la sangre de coraje, ¿acaso un chico y una chica no pueden ser amigos sin que los demás piensen que es otra cosa? Nunca me había sentido tan enojada con Leah, pero traté de tranquilizarme y mientras ellos terminaban de conversar, yo estaba preparando las palabras adecuadas para que Leah decidiera irse de aquí sin nosotros.
Pronto Bryer y su familia se despidieron, me senté sobre el sofá
-¿Puedo hablar con ustedes?-pregunté cruzando mis brazos. Mis padres y Leah se sentaron frente a mí.
-¿Qué sucede, pequeña?-preguntó mi madre tomando la mano de mi papá.
-Si quieres convencerme de largarme de aquí sin ustedes, no podrás hacerlo-advirtió Leah poniendo su brazos igual que los míos, como retándome. Los retos, no me gustaban, pero cuando el reto era fuerte contra mí, no podía evitar aceptarlo.
-No, realmente no quiero convencerte.-le clave la mirada con más intensidad de la que mi tía Rosalie podía haberlo hecho.-Mi intención no es… Leah, eres mi amiga-dije con una voz tranquila, me puse de pie frente a ella-pero quiero que te vayas de aquí, yo no regresaré por ningún motivo. Jacob quizo que esto sucediera, ahora que tomé las consecuencias en serio. Lo repetiré una última vez… NO REGRESARÉ.
-Linda,-dijo mi madre poniéndose en medio-no creo que…
-Haber Nessie…-dijo con sarcasmo- No es que quieras regresar-Leah hizo a un lado a mi madre con facilidad, ahora ya estaba temblando, ella nunca pudo controlar sus impulsos-Es que tienes que hacerlo, pronto sentirás la necesidad de regresar, y yo esperaré a que eso ocurra…
-No lo creo-interrumpí; ahora la tenía frente a mí, aún siendo de la manda, casi igualaba mi estatura, era un poco más alta que yo. Nada más.
Mi padre, se puso en medio, ahora. Yo no quería pelearme con Leah, pero si no había otra forma de alejarla…
-Renesmee, ve a tu habitación.-ordenó mi padre tomándome de los hombros. Miré una vez más a Leah y subí a mi recámara….
Los días, las semanas, los meses pasaban y Leah seguía aquí, no entendía porque mis padres no le decían nada de cuando se iría, creo que ellos también estaban de acuerdo en regresar. Mis opiniones las reservaba, y con Leah no volví a hablar a partir de aquella “pelea”. Jacob no volvió a llamar desde que Bryer habló con él.
En la escuela no me iba mal, prácticas, exámenes, podía con todo. Pero me dejaban leer mucho, y a diferencia de mis padres, mi gusto por la lectura era muy limitado; el maestro de literatura dijo que para el próximo y último examen del año, vendrían preguntas de “Un Munco Sin Fin”. Ya tenía el libro, mi padre me había dicho que era muy bueno. La lectura no era mi fuerte y después de dos semanas a penas iba a llegar a la mitad; recordé que el examen sería en sólo unos días, así que tomé el libro y me senté en el sofá a leerlo
-Tanto tiempo después y ¿aún no piensas hablarme?-preguntó Leah detrás de mí.
-No tengo intenciones de hacerlo-contesté sin mirarla. De repente, me tomó del brazo y me jaló para mirarla. El libro saltó de mis manos
-Escúchame, Renesmee. Jacob, es tan importante en tu vida que quieres quedarte aquí por cobarde, no quieres enfrentarlo de nuevo.-junté los dientes, ¿cobarde?...
-¡No soy cobarde y ¿sabes qué? Ya estoy harta…!
-¿De qué? De escuchar la verdad. –interrumpió- Renesmee, sabes muy bien que es cierto todo lo que te he dicho. Piensa en él. No seas egoísta.- soltó mi brazo y salió.
Como si nada hubiera sucedido tomé el libro del piso, y cuando buscaba la página en la que me había quedado un papel calló de entre las secas hojas. Levanté la hoja del piso, y mis ojos se llenaron de lágrimas al ver que no era una hoja de papel, si no una fotografía; mi vista se nublo, ¿por qué recordar me hacía tanto mal? No podía ser posible tanto lloriqueo de mi parte. No recordaba que había dejado esa fotografía ahí. Jacob y yo juntos en el bosque.
Ya no podía evitarlo más, la verdad era que extrañaba y amaba a Jacob demasiado, aún seguía sintiendo algo muy fuerte por él; pero no podía regresar, no lo haré.
Tomé la fotografía entre mis manos y la puse sobre mi pecho, el dolor seso un poco al tener a Jake junto a mi corazón. Me levanté del sofá, tomé mi chaqueta y salí a dar un paseo de nuevo, caminar me ayudaba a secar las lágrimas de mis ojos. Pensar lejos de mi padre era un alivio…
No sé cuanto tiempo estuve caminando, sólo decidí regresar hasta que noté la oscuridad en el cielo. Llegué a casa y subí a mi habitación, metí la fotografía en el portarretratos vacío. Aún no estaba lista para regresar a casa, necesitaba más tiempo… no sé cuanto exactamente, yo misma me odiaba por no saberlo.
El tiempo era una cosa muy interesante y frustrante en mi vida. Las cosas pasaban tan rápido que no me daba cuenta… a penas recordaba la noche en que me dormí abrazando la fotografía de Jacob conmigo y de pronto ya era septiembre. ¿Cómo pudo suceder? ¿Tanto tiempo en un parpadeo?
Noté la fecha y el tiempo que había vivido aquí hasta que mis padres me despertaron cantando con sus melodiosas voces “Las Mañanitas”. Era mi cumpleaños, había pasado casi un año en Canadá, increíble.
Me abrazaron y me dieron un pequeño paquete color amarillo con un lindo listón rojo, no era muy grande. Lo abrí y dentro tenía una hermosa cadena plateada con pequeño dije. Un diamante en forma de corazón… Justo como el de mi madre.
-Hoy cumples 16 años, pequeña, y creímos que era hora de darte uno de los diamantes de mi madre.- dijo mi padre con una hermosa sonrisa en su rostro.
-Pero, también tenemos otra cosa. Bueno, no es de parte de nosotros pero…-mi madre sacó de su bolsillo una cajita de madera. No sabía que esas pequeñas cajitas de madera, tan chicas como para un anillo de compromiso, existieran. Aún así la abrí con una gran sonrisa…
Otro collar, sólo que este era diferente. En lugar de un lindo corazón de diamante tenía un bello sol tallado. Sin duda una linda artesanía; en lugar de una cadena elegante de plata tenía un hilo transparente. Era realmente hermoso. Mi padre era la elegancia en persona, mi madre era un poco más espontanea. Pero, parecía que la persona que había enviado el pequeño sol, me conocía muy bien; mi estilo era más orgánico.
-Muchas Gracias por todo. Ahora, me daré un baño ¿si?-dije levantándome de la cama.
-Claro linda, apresúrate. Queremos celebrar tu cumpleaños como se debe. Aún faltan regalos por abrir…-mi madre me guiño el ojo cuando dijo la última palabra.
Me metí a la ducha, me sequé. De mi armario tomé una linda falda color beige y una linda blusa anaranjada, era mi conjunto favorito y era totalmente inapropiado para mi tía Alice; recuerdo que cuando lo usaba en Forks no me dejaba salir de la casa hasta que no me cambiará, decía que los colores no combinaban. Cepille mi cabello y lo deje suelto.
Bajé las escaleras y cuando llegué al comedor me sorprendió ver a mis padres, mis amigos Bryer, Derek y Ruthie, mis tíos Alice, Jasper, Emmett, Rosalie, mis abuelitos Carlisle y Esme. Leah también estaba con ellos con una gran sonrisa.
Mis ojos se volvieron a inundar, pero antes de dejar correr las lágrimas, corrí a abrazar a toda mi familia… Hacía tanto que no los veía, mí tía Rosalie tan maternal como siempre, mi tía Alice después de abrazarme y darme un beso de bienvenida, me volvió a recordar lo que “combinación” significaba. Abracé a mis tíos y mis abuelos. Mi abuelita Esme parecía hundirse en sollozos sin derramar una sola lágrima… Estaba tan feliz de verlos a todos aquí. Cada uno me dio sus regalos, y bueno, como era de esperarse muy lindos y exagerados.
Mis amigos también me desearon felicidades y me abrazaron como nunca lo habían hecho. Leah me felicitó, y aunque durante mucho tiempo no había hablado con ella, yo sabía que seguía siendo mi amiga. La abracé y le pedí una disculpa por como me había comportado con ella. Un cumpleaños perfecto, sólo me faltaba algo.
Abrí todos mis regalos después de comer pastel, mi sabor favorito… chocolate. Cada regalo era algo especial para mí. Bryer fue el último e darme su regalo, me había dicho que lo había guardado por mucho hasta esta ocasión…
Deshice la envoltura y abrí la caja… Si, lo había guardado desde hace mucho

Lo prometido es deuda!!!
Aquí el capítulo número dos del día de hoy!!!
Espero los hayan disfrutado así como yo disfruté mi cumple [[aunque todavía no se acaba jeje]] bueno, para quienes quieran seguirme leyendo... Esten pendientes, pronto viene el final!!!
Gracias!!!... Este capítulo va dedicado a mi amiga Jess, Jessica o Kangu!! jaja una chica muy parecida a la Leah que existe en mi mente!!!

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*TaNyA*
Seguí mirando por la ventana, hasta que ese hermoso pelaje gris se decidió a entrar.
Bajé las escaleras muy desesperada…
-Leah… ¿qué estás haciendo aquí?- pregunté mientras le daba un gran abrazo. Ella nunca soporto a mi familia, pero después de tanto verme con Jake, terminó siendo una gran amiga mía. Ignorando mi pregunta, se metió en la cocina, y se transformó en humana. Parecía que nadie se había percatado de aquel lobo en la calle, un gran lobo en medio de la ciudad no era nada extraño después de todo.
Esperamos en la sala hasta que Leah saliera de la cocina, y cuando se acerco nos dijo…
-Bueno, sé que no es muy cortes que me aparezca de la nada en Canadá,- su mirada era de disgusto y su voz era penetrante- sé que no le quieres contestar las llamadas a Jacob, y que te quieres olvidar de él y todas esas tonterías que pasan por tu cabeza, y aunque no les parezca estaré aquí con ustedes hasta que Edward decida regresar a Forks y que tú Renesmee te des cuenta del daño que le hiciste a Jacob.
-¿Yo dañe a Jake?-pregunté con un hilo de voz.
-Sí. No llevas ni una semana lejos de él y lo haz hecho sentir peor que cuando estaba enamorado de tu madre.-en verdad estaba disgustada, y su amenaza de quedarse en casa, era en serio.
-Él fue el que pidió que me alejaran…
-Lo sé-interrumpió clavándole la mirada a mi padre.- pero sabes que esa decisión fue sin pensar. Jacob es como mi hermano, lo sabes, y siendo una manada, lo que él siente nosotros también. No sabes lo que él sufre al no tenerte cerca, nosotros debemos recibir ese mismo dolor por ti.
Mis padres no decían palabra, sólo escuchaban a Leah y me miraban mientras tanto.
-No pienso regresar a Forks-dije mirando al suelo- al menos no por ahora.
-Justo como pensaba, Renesmee igual de testaruda que sus padres. Pero como dije no saldré de aquí, hasta que ustedes vengan conmigo. Sacrificaré mi hermosa libertad por eso.
Mi vista se nublo, mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas. ¿Realmente Jake sufría por tenerme lejos? Pero, fue él, el que me alejó.
-Pequeña-dijo mi padre tomándome en sus brazos- sé que la decisión de mudarnos, fue muy precipitada. Si tú quieres, podemos volver en el próximo avión…
-No-interrumpí entre lágrimas y sollozos.- quiero… quedarme.
-Oh por favor Renesmee, no hagas esto más difícil.-Leah se puso de rodillas frente a nosotros.-Sabes que te lo digo como amiga, Jake está sufriendo.
Las lágrimas seguía rodando por mis mejillas, y la voz se me había ido. Leah nunca me había mentido, y la verdad siempre salía de ella. Por más que buscara, la razón de mi llanto no existía.
-Linda,-dijo mi madre con una voz dulce-regresemos…
-¡No!-grité, no medí el volumen de mi voz. Quería que me escucharan, no me quería ir.-Quiero quedarme.
Subí a mi habitación sin escuchar más palabras. Jacob no podía estar sufriendo, él quiso esto.
Me metí en la cama, seguía llorando. Traté de pensar en otra cosa y olvidar que Leah había venido. Fue hasta la medianoche que pude introducirme en mi propia mente y soñar.
Cuando desperté, un enorme lobo gris estaba durmiendo justo a lado de mí.
Me levanté tratando de no hacer ruido y me metí a la ducha. Me vestí para ir a la escuela, bajé a desayunar y le pedí a mi padre que me llevara a la escuela. Aún era muy temprano, pero prefería estar en escuela sentada en una banca esperando la hora de la clase, en lugar de estar en casa escuchando cuando “sufría” Jacob.
Durante el camino a la escuela mi padre me volvió a preguntar sobre el regreso a Forks. Lo ignoré por completo.
Entré a la escuela sin al menos decirle adiós a mi padre.
Justo afuera de la cafetería había un lindo jardín, con pocos árboles y muchísimo pasto. Aún faltaba una hora para entrar a clase, así que me recosté sobre el pasto, cerré mis ojos y sin pensar en nada disfrute de ese gran momento… sola.
-¿No dormiste bien?-preguntó Bryer, haciéndome abrir los ojos.
-Pues, realmente no. Anoche…-mi celular, de nuevo comenzó a sonar. Jacob. ¡Caray! ¡¿Por qué no puede dejar de hacerme sentir mal?! ¿Acaso no sabe que Leah se encarga de recriminarme las cosas?
-Préstame tu celular, yo contestaré por ti.-estire la mano y se lo di.- ¿Hola?
-¿Nessie?-pude escuchar su voz, aun cuando no tuviera el teléfono.
-No. ¿Tú eres Jacob, no?
-Si… ¿quién eres tú?-se escuchaba muy confundido, su voz estaba lejos de mí, pero sabía distinguir los sentimientos de Jacob aún cuando no lo tuviera enfrente.
-Soy el mejor amigo de Renesmee, y te voy a pedir que dejes de molestarla.
-Ningún niño me va a decir que hacer…
-No, no te estoy amenazando ni nada por el estilo, hazlo como un favor para ella.-terminó la llamada y me devolvió el celular.- ¿Anoche?
-Gracias-dije con una pequeña sonrisa.
-No hay de que. Espero que no te vuelva a molestar.
-Ha, no hay duda de que lo hará.
-Bueno, olvídalo por un momento… dime ¿qué sucedió anoche?
-No puedo, de hecho, lo que sucedió anoche tiene que ver con él.
-Oh, entonces supongo que no debí…
-No, -dije antes de que terminara la frase- estuvo muy bien lo que le dijiste. Pero es que anoche,-Bryer se sentó a un lado de mí- ¿recuerdas a Leah?
-¿Cómo olvidar algo que me dijiste ayer? Bueno, mostraste.
-Si…-sonreí, aún mirando el pasto- Bueno, anoche llegó a la casa. Y bueno…
Puse mi mano sobre su mejilla, las palabras no podían salir de mi boca. Lo hice escuchar cada palabra que Leah me dijo… y parece que también lo hice sentir lo que yo.
-¿Debo acostumbrarme a eso?-preguntó cuando las imágenes terminaron
-Creo que… si-sonreí.
Sonó el timbre, era hora de ir a clase. Con Bryer, el día no era tan pesado, nunca hacia falta una risa entre nosotros. Aún sintiendo un hueco en mi pecho, me sentía feliz de estar aquí y tener a un chico extraordinario como mejor amigo…
Cuando terminaron las clases, acompañé a Bryer a su casa para que Amelie y Ruthie fueran a hablar con mis padres… y Leah.
Llegamos a casa y mis padres estaban sentados en la sala… con ella, y parecía estar al tanto de todo. Bryer y yo pedimos ir a comer, así que su conversación sería más privada si nosotros estábamos en la cocina. Bueno, yo podía escucharlos aún, pero estando en otra habitación me era más fácil olvidar que Leah estaba aquí.
-Amelie, ella es Leah. Una amiga de la familia… -comenzó mi padre-Bryer nos contó sobre tu secreto.
-Sí, lo sé… Él también me dijo sobre ustedes y su familia.
-Sólo podremos estar más tiempo aquí si ustedes prometen guardar nuestro secreto. Nosotros no diremos absolutamente nada sobre ti.
-Sé lo que esto implica y la verdad no veo necesidad de esta reunión, su secreto es como el mío propio.-tomé un respiro muy profundo.
-Muchas gracias.-dijo mi madre-Creo que ahora nuestras familias estarán un poco unidas debido a esto.
-Claro que sí. Además mi hijo y Renesmee, parecen entenderse muy bien.
-Demasiado bien para… solo ser amigos-dijo Leah con una voz retante…

Hola a todos!!!
Bueno, el primer capítulo de hoy!! jejeje Muchas Gracias por sus felicitaciones, la verdad hoy en mi cumple he tenido más felicitaciones que en años anteriores, todo gracias a todos ustedes!! Y a los chicos de blogs muy queridos como Bella Morte!!! ...Club Twilight...!!! Twilighters Mexicanos!! y claro a todos mis queridos amigos de la escuela y de toda la vida!! ^^ En serio Muchas Gracias!! También a cada querido lector o lectora de mi FanFic x seguir por aquí!!!

De nuevo Gracias y en un ratito más el siguiente capítulo!!!

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