miércoles, 15 de julio de 2009

Capítulo XVII “Tiempo”

La opinión de Leah me hizo hervir la sangre de coraje, ¿acaso un chico y una chica no pueden ser amigos sin que los demás piensen que es otra cosa? Nunca me había sentido tan enojada con Leah, pero traté de tranquilizarme y mientras ellos terminaban de conversar, yo estaba preparando las palabras adecuadas para que Leah decidiera irse de aquí sin nosotros.
Pronto Bryer y su familia se despidieron, me senté sobre el sofá
-¿Puedo hablar con ustedes?-pregunté cruzando mis brazos. Mis padres y Leah se sentaron frente a mí.
-¿Qué sucede, pequeña?-preguntó mi madre tomando la mano de mi papá.
-Si quieres convencerme de largarme de aquí sin ustedes, no podrás hacerlo-advirtió Leah poniendo su brazos igual que los míos, como retándome. Los retos, no me gustaban, pero cuando el reto era fuerte contra mí, no podía evitar aceptarlo.
-No, realmente no quiero convencerte.-le clave la mirada con más intensidad de la que mi tía Rosalie podía haberlo hecho.-Mi intención no es… Leah, eres mi amiga-dije con una voz tranquila, me puse de pie frente a ella-pero quiero que te vayas de aquí, yo no regresaré por ningún motivo. Jacob quizo que esto sucediera, ahora que tomé las consecuencias en serio. Lo repetiré una última vez… NO REGRESARÉ.
-Linda,-dijo mi madre poniéndose en medio-no creo que…
-Haber Nessie…-dijo con sarcasmo- No es que quieras regresar-Leah hizo a un lado a mi madre con facilidad, ahora ya estaba temblando, ella nunca pudo controlar sus impulsos-Es que tienes que hacerlo, pronto sentirás la necesidad de regresar, y yo esperaré a que eso ocurra…
-No lo creo-interrumpí; ahora la tenía frente a mí, aún siendo de la manda, casi igualaba mi estatura, era un poco más alta que yo. Nada más.
Mi padre, se puso en medio, ahora. Yo no quería pelearme con Leah, pero si no había otra forma de alejarla…
-Renesmee, ve a tu habitación.-ordenó mi padre tomándome de los hombros. Miré una vez más a Leah y subí a mi recámara….
Los días, las semanas, los meses pasaban y Leah seguía aquí, no entendía porque mis padres no le decían nada de cuando se iría, creo que ellos también estaban de acuerdo en regresar. Mis opiniones las reservaba, y con Leah no volví a hablar a partir de aquella “pelea”. Jacob no volvió a llamar desde que Bryer habló con él.
En la escuela no me iba mal, prácticas, exámenes, podía con todo. Pero me dejaban leer mucho, y a diferencia de mis padres, mi gusto por la lectura era muy limitado; el maestro de literatura dijo que para el próximo y último examen del año, vendrían preguntas de “Un Munco Sin Fin”. Ya tenía el libro, mi padre me había dicho que era muy bueno. La lectura no era mi fuerte y después de dos semanas a penas iba a llegar a la mitad; recordé que el examen sería en sólo unos días, así que tomé el libro y me senté en el sofá a leerlo
-Tanto tiempo después y ¿aún no piensas hablarme?-preguntó Leah detrás de mí.
-No tengo intenciones de hacerlo-contesté sin mirarla. De repente, me tomó del brazo y me jaló para mirarla. El libro saltó de mis manos
-Escúchame, Renesmee. Jacob, es tan importante en tu vida que quieres quedarte aquí por cobarde, no quieres enfrentarlo de nuevo.-junté los dientes, ¿cobarde?...
-¡No soy cobarde y ¿sabes qué? Ya estoy harta…!
-¿De qué? De escuchar la verdad. –interrumpió- Renesmee, sabes muy bien que es cierto todo lo que te he dicho. Piensa en él. No seas egoísta.- soltó mi brazo y salió.
Como si nada hubiera sucedido tomé el libro del piso, y cuando buscaba la página en la que me había quedado un papel calló de entre las secas hojas. Levanté la hoja del piso, y mis ojos se llenaron de lágrimas al ver que no era una hoja de papel, si no una fotografía; mi vista se nublo, ¿por qué recordar me hacía tanto mal? No podía ser posible tanto lloriqueo de mi parte. No recordaba que había dejado esa fotografía ahí. Jacob y yo juntos en el bosque.
Ya no podía evitarlo más, la verdad era que extrañaba y amaba a Jacob demasiado, aún seguía sintiendo algo muy fuerte por él; pero no podía regresar, no lo haré.
Tomé la fotografía entre mis manos y la puse sobre mi pecho, el dolor seso un poco al tener a Jake junto a mi corazón. Me levanté del sofá, tomé mi chaqueta y salí a dar un paseo de nuevo, caminar me ayudaba a secar las lágrimas de mis ojos. Pensar lejos de mi padre era un alivio…
No sé cuanto tiempo estuve caminando, sólo decidí regresar hasta que noté la oscuridad en el cielo. Llegué a casa y subí a mi habitación, metí la fotografía en el portarretratos vacío. Aún no estaba lista para regresar a casa, necesitaba más tiempo… no sé cuanto exactamente, yo misma me odiaba por no saberlo.
El tiempo era una cosa muy interesante y frustrante en mi vida. Las cosas pasaban tan rápido que no me daba cuenta… a penas recordaba la noche en que me dormí abrazando la fotografía de Jacob conmigo y de pronto ya era septiembre. ¿Cómo pudo suceder? ¿Tanto tiempo en un parpadeo?
Noté la fecha y el tiempo que había vivido aquí hasta que mis padres me despertaron cantando con sus melodiosas voces “Las Mañanitas”. Era mi cumpleaños, había pasado casi un año en Canadá, increíble.
Me abrazaron y me dieron un pequeño paquete color amarillo con un lindo listón rojo, no era muy grande. Lo abrí y dentro tenía una hermosa cadena plateada con pequeño dije. Un diamante en forma de corazón… Justo como el de mi madre.
-Hoy cumples 16 años, pequeña, y creímos que era hora de darte uno de los diamantes de mi madre.- dijo mi padre con una hermosa sonrisa en su rostro.
-Pero, también tenemos otra cosa. Bueno, no es de parte de nosotros pero…-mi madre sacó de su bolsillo una cajita de madera. No sabía que esas pequeñas cajitas de madera, tan chicas como para un anillo de compromiso, existieran. Aún así la abrí con una gran sonrisa…
Otro collar, sólo que este era diferente. En lugar de un lindo corazón de diamante tenía un bello sol tallado. Sin duda una linda artesanía; en lugar de una cadena elegante de plata tenía un hilo transparente. Era realmente hermoso. Mi padre era la elegancia en persona, mi madre era un poco más espontanea. Pero, parecía que la persona que había enviado el pequeño sol, me conocía muy bien; mi estilo era más orgánico.
-Muchas Gracias por todo. Ahora, me daré un baño ¿si?-dije levantándome de la cama.
-Claro linda, apresúrate. Queremos celebrar tu cumpleaños como se debe. Aún faltan regalos por abrir…-mi madre me guiño el ojo cuando dijo la última palabra.
Me metí a la ducha, me sequé. De mi armario tomé una linda falda color beige y una linda blusa anaranjada, era mi conjunto favorito y era totalmente inapropiado para mi tía Alice; recuerdo que cuando lo usaba en Forks no me dejaba salir de la casa hasta que no me cambiará, decía que los colores no combinaban. Cepille mi cabello y lo deje suelto.
Bajé las escaleras y cuando llegué al comedor me sorprendió ver a mis padres, mis amigos Bryer, Derek y Ruthie, mis tíos Alice, Jasper, Emmett, Rosalie, mis abuelitos Carlisle y Esme. Leah también estaba con ellos con una gran sonrisa.
Mis ojos se volvieron a inundar, pero antes de dejar correr las lágrimas, corrí a abrazar a toda mi familia… Hacía tanto que no los veía, mí tía Rosalie tan maternal como siempre, mi tía Alice después de abrazarme y darme un beso de bienvenida, me volvió a recordar lo que “combinación” significaba. Abracé a mis tíos y mis abuelos. Mi abuelita Esme parecía hundirse en sollozos sin derramar una sola lágrima… Estaba tan feliz de verlos a todos aquí. Cada uno me dio sus regalos, y bueno, como era de esperarse muy lindos y exagerados.
Mis amigos también me desearon felicidades y me abrazaron como nunca lo habían hecho. Leah me felicitó, y aunque durante mucho tiempo no había hablado con ella, yo sabía que seguía siendo mi amiga. La abracé y le pedí una disculpa por como me había comportado con ella. Un cumpleaños perfecto, sólo me faltaba algo.
Abrí todos mis regalos después de comer pastel, mi sabor favorito… chocolate. Cada regalo era algo especial para mí. Bryer fue el último e darme su regalo, me había dicho que lo había guardado por mucho hasta esta ocasión…
Deshice la envoltura y abrí la caja… Si, lo había guardado desde hace mucho

Lo prometido es deuda!!!
Aquí el capítulo número dos del día de hoy!!!
Espero los hayan disfrutado así como yo disfruté mi cumple [[aunque todavía no se acaba jeje]] bueno, para quienes quieran seguirme leyendo... Esten pendientes, pronto viene el final!!!
Gracias!!!... Este capítulo va dedicado a mi amiga Jess, Jessica o Kangu!! jaja una chica muy parecida a la Leah que existe en mi mente!!!

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*TaNyA*
Seguí mirando por la ventana, hasta que ese hermoso pelaje gris se decidió a entrar.
Bajé las escaleras muy desesperada…
-Leah… ¿qué estás haciendo aquí?- pregunté mientras le daba un gran abrazo. Ella nunca soporto a mi familia, pero después de tanto verme con Jake, terminó siendo una gran amiga mía. Ignorando mi pregunta, se metió en la cocina, y se transformó en humana. Parecía que nadie se había percatado de aquel lobo en la calle, un gran lobo en medio de la ciudad no era nada extraño después de todo.
Esperamos en la sala hasta que Leah saliera de la cocina, y cuando se acerco nos dijo…
-Bueno, sé que no es muy cortes que me aparezca de la nada en Canadá,- su mirada era de disgusto y su voz era penetrante- sé que no le quieres contestar las llamadas a Jacob, y que te quieres olvidar de él y todas esas tonterías que pasan por tu cabeza, y aunque no les parezca estaré aquí con ustedes hasta que Edward decida regresar a Forks y que tú Renesmee te des cuenta del daño que le hiciste a Jacob.
-¿Yo dañe a Jake?-pregunté con un hilo de voz.
-Sí. No llevas ni una semana lejos de él y lo haz hecho sentir peor que cuando estaba enamorado de tu madre.-en verdad estaba disgustada, y su amenaza de quedarse en casa, era en serio.
-Él fue el que pidió que me alejaran…
-Lo sé-interrumpió clavándole la mirada a mi padre.- pero sabes que esa decisión fue sin pensar. Jacob es como mi hermano, lo sabes, y siendo una manada, lo que él siente nosotros también. No sabes lo que él sufre al no tenerte cerca, nosotros debemos recibir ese mismo dolor por ti.
Mis padres no decían palabra, sólo escuchaban a Leah y me miraban mientras tanto.
-No pienso regresar a Forks-dije mirando al suelo- al menos no por ahora.
-Justo como pensaba, Renesmee igual de testaruda que sus padres. Pero como dije no saldré de aquí, hasta que ustedes vengan conmigo. Sacrificaré mi hermosa libertad por eso.
Mi vista se nublo, mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas. ¿Realmente Jake sufría por tenerme lejos? Pero, fue él, el que me alejó.
-Pequeña-dijo mi padre tomándome en sus brazos- sé que la decisión de mudarnos, fue muy precipitada. Si tú quieres, podemos volver en el próximo avión…
-No-interrumpí entre lágrimas y sollozos.- quiero… quedarme.
-Oh por favor Renesmee, no hagas esto más difícil.-Leah se puso de rodillas frente a nosotros.-Sabes que te lo digo como amiga, Jake está sufriendo.
Las lágrimas seguía rodando por mis mejillas, y la voz se me había ido. Leah nunca me había mentido, y la verdad siempre salía de ella. Por más que buscara, la razón de mi llanto no existía.
-Linda,-dijo mi madre con una voz dulce-regresemos…
-¡No!-grité, no medí el volumen de mi voz. Quería que me escucharan, no me quería ir.-Quiero quedarme.
Subí a mi habitación sin escuchar más palabras. Jacob no podía estar sufriendo, él quiso esto.
Me metí en la cama, seguía llorando. Traté de pensar en otra cosa y olvidar que Leah había venido. Fue hasta la medianoche que pude introducirme en mi propia mente y soñar.
Cuando desperté, un enorme lobo gris estaba durmiendo justo a lado de mí.
Me levanté tratando de no hacer ruido y me metí a la ducha. Me vestí para ir a la escuela, bajé a desayunar y le pedí a mi padre que me llevara a la escuela. Aún era muy temprano, pero prefería estar en escuela sentada en una banca esperando la hora de la clase, en lugar de estar en casa escuchando cuando “sufría” Jacob.
Durante el camino a la escuela mi padre me volvió a preguntar sobre el regreso a Forks. Lo ignoré por completo.
Entré a la escuela sin al menos decirle adiós a mi padre.
Justo afuera de la cafetería había un lindo jardín, con pocos árboles y muchísimo pasto. Aún faltaba una hora para entrar a clase, así que me recosté sobre el pasto, cerré mis ojos y sin pensar en nada disfrute de ese gran momento… sola.
-¿No dormiste bien?-preguntó Bryer, haciéndome abrir los ojos.
-Pues, realmente no. Anoche…-mi celular, de nuevo comenzó a sonar. Jacob. ¡Caray! ¡¿Por qué no puede dejar de hacerme sentir mal?! ¿Acaso no sabe que Leah se encarga de recriminarme las cosas?
-Préstame tu celular, yo contestaré por ti.-estire la mano y se lo di.- ¿Hola?
-¿Nessie?-pude escuchar su voz, aun cuando no tuviera el teléfono.
-No. ¿Tú eres Jacob, no?
-Si… ¿quién eres tú?-se escuchaba muy confundido, su voz estaba lejos de mí, pero sabía distinguir los sentimientos de Jacob aún cuando no lo tuviera enfrente.
-Soy el mejor amigo de Renesmee, y te voy a pedir que dejes de molestarla.
-Ningún niño me va a decir que hacer…
-No, no te estoy amenazando ni nada por el estilo, hazlo como un favor para ella.-terminó la llamada y me devolvió el celular.- ¿Anoche?
-Gracias-dije con una pequeña sonrisa.
-No hay de que. Espero que no te vuelva a molestar.
-Ha, no hay duda de que lo hará.
-Bueno, olvídalo por un momento… dime ¿qué sucedió anoche?
-No puedo, de hecho, lo que sucedió anoche tiene que ver con él.
-Oh, entonces supongo que no debí…
-No, -dije antes de que terminara la frase- estuvo muy bien lo que le dijiste. Pero es que anoche,-Bryer se sentó a un lado de mí- ¿recuerdas a Leah?
-¿Cómo olvidar algo que me dijiste ayer? Bueno, mostraste.
-Si…-sonreí, aún mirando el pasto- Bueno, anoche llegó a la casa. Y bueno…
Puse mi mano sobre su mejilla, las palabras no podían salir de mi boca. Lo hice escuchar cada palabra que Leah me dijo… y parece que también lo hice sentir lo que yo.
-¿Debo acostumbrarme a eso?-preguntó cuando las imágenes terminaron
-Creo que… si-sonreí.
Sonó el timbre, era hora de ir a clase. Con Bryer, el día no era tan pesado, nunca hacia falta una risa entre nosotros. Aún sintiendo un hueco en mi pecho, me sentía feliz de estar aquí y tener a un chico extraordinario como mejor amigo…
Cuando terminaron las clases, acompañé a Bryer a su casa para que Amelie y Ruthie fueran a hablar con mis padres… y Leah.
Llegamos a casa y mis padres estaban sentados en la sala… con ella, y parecía estar al tanto de todo. Bryer y yo pedimos ir a comer, así que su conversación sería más privada si nosotros estábamos en la cocina. Bueno, yo podía escucharlos aún, pero estando en otra habitación me era más fácil olvidar que Leah estaba aquí.
-Amelie, ella es Leah. Una amiga de la familia… -comenzó mi padre-Bryer nos contó sobre tu secreto.
-Sí, lo sé… Él también me dijo sobre ustedes y su familia.
-Sólo podremos estar más tiempo aquí si ustedes prometen guardar nuestro secreto. Nosotros no diremos absolutamente nada sobre ti.
-Sé lo que esto implica y la verdad no veo necesidad de esta reunión, su secreto es como el mío propio.-tomé un respiro muy profundo.
-Muchas gracias.-dijo mi madre-Creo que ahora nuestras familias estarán un poco unidas debido a esto.
-Claro que sí. Además mi hijo y Renesmee, parecen entenderse muy bien.
-Demasiado bien para… solo ser amigos-dijo Leah con una voz retante…

Hola a todos!!!
Bueno, el primer capítulo de hoy!! jejeje Muchas Gracias por sus felicitaciones, la verdad hoy en mi cumple he tenido más felicitaciones que en años anteriores, todo gracias a todos ustedes!! Y a los chicos de blogs muy queridos como Bella Morte!!! ...Club Twilight...!!! Twilighters Mexicanos!! y claro a todos mis queridos amigos de la escuela y de toda la vida!! ^^ En serio Muchas Gracias!! También a cada querido lector o lectora de mi FanFic x seguir por aquí!!!

De nuevo Gracias y en un ratito más el siguiente capítulo!!!

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